sábado, 2 de febrero de 2013

El Obispo de Berkeley


George Berkeley (1685-1753), fue un filósofo irlandés profundamente religioso que dedicó su vida a fundamentar la fe en el discurso racional, a contracorriente del espíritu librepensador de su época, que estaba marcado por un cierto escepticismo. Berkeley suele ser considerado como el autor empirista situado entre John Locke y David Hume, tanto cronológicamente como en cuanto al desarrollo de los principios teóricos del empirismo.

Tras estudiar en Dublín y ordenarse como sacerdote, en 1710 escribió su principal obra Los principios del conocimiento humano y en 1734 fue nombrado obispo anglicano de Cloyne (al sur de Irlanda), algo poco usual entre los autores empiristas ya que normalmente eran considerados ateos, e interesados en la política.

Su filosofía suele resumirse en la famosa frase: "Ser es ser percibido o percibir", la cual intentaré explicar brevemente:

En primer lugar, debemos centrarnos en la visión que tenía Berkeley sobre las ideas. El creía que todo conocimiento es conocimiento de ideas, pero al filósofo le interesan particularmente las ideas como "substancias" o "existencia", que no están del todo claras, oponiéndose así a lo que John Locke había dicho sobre las substancias, que afirmaba que el concepto de substancia remite a un sustrato oculto e incognoscible, de manera que Berkeley afirmará que las palabras significan ideas, de modo que, por ejemplo, "Triángulo" es un concepto general que tiene que remitir a todo tipo de triángulo, pero que puede ser, sin embargo, " ni escaleno, ni isósceles, ni equilátero, ni oblicuo, ni rectángulo", inaugurando con ello el concepto de idealismo según el cual "el ser" de las cosas es su "ser percibidas" y adoptando así el principio de inmaterialismo por el cual la substancia ya no es materia, sino únicamente una substancia espiritual, de cuya existencia nuestros pensamientos son la prueba irrefutable ( tal y como decía Descartes).

Este principio de inmaterialismo lo enfrentó con filósofos como Hobbes y Locke, ya que afirmar que las cosas existen independientemente de nuestra percepción implica una contradicción, sobre todo desde un empirismo consecuente, puesto que si no debemos aceptar nada sobre lo que no exista una certeza absoluta únicamente podemos aceptar como ciertas las representaciones mentales.

Para aclarar esta contradicción, Berkeley pensó que debía existir algo que permaneciendo fuera de nuestra mente suscitase nuestras percepciones, y esta existencia extramental la halló en Dios, radicalizando así el empirismo y teniendo que redefinir el concepto de causa, considerando que las causas físicas no eran verdaderas causas, sino únicamente signos que la ciencia debía interpretar para asegurar la supervivencia.

La filosofía de Berkeley tuvo escasa aceptación entre sus contemporáneos, a pesar de sus esfuerzos por hacerla más popular con sus tres diálogos entre Hylas y Philonus.

En conclusión, Berkeley es un filósofo que, aplicando los principios empiristas, llega a la curiosa conclusión de un mundo material que existe solamente en la mente de Dios, es decir, un espiritualismo puro, que algunos empiristas contemporáneos como David Hume criticarán.

Me interesó hablar especialmente de este filósofo puesto que hace poco leí unos capítulos de un famoso libro de Bertrand Russell Los problemas de la filosofía, en el que Russell dedica un capítulo entero a este autor, a la percepción que Berkeley tenía de los objetos materiales y que me resultó muy interesante. Por ello os invito a todos aquellos que les atraiga este tema que lean dicho libro de Bertrand Russell, que es una lectura entretenida, ligera y fácil de comprender.

Espero que os haya gustado y que os haya resultado interesante.